BARCELONA -MALAGA Con la ilusion por bandera

El Málaga visita al intratable Barcelona con una enorme motivación y la baja de uno de sus fijos, Jesús Gámez. Pellegrini, especialista en que sus equipos ofrezcan una buena imagen el Camp Nou, pretende impedir el juego 'entre líneas'. Baptista se estrena en la convocatoria y a tenor de lo ensayado por el equipo pinta como titular esta noche


José Luis García del Pozo probablemente se quedará patidifuso cuando sobre las siete y media de la tarde saga por la bocana de vestuarios y se tope con semejante inmensidad. Pisar el Camp Nou, uno de los sueños de cualquier aspirante a futbolista, será hoy una realidad. A ese joven que futbolísticamente se hace llamar Recio en honor de su tío le sucederá como a Vicente Valcarce, entre otros, aquella noche de noviembre de 1999. Desde arriba, desde el enésimo anfiteatro de esa grada convertida casi en rascacielos, será fácil apreciar los corrillos, los comentarios, las bromas. Los veteranos rememorarán anécdotas, Baptista quizá se sitúe en el punto desde el que certificó el último asalto del Madrid al feudo 'culé', pero en general ese será el momento en que la adrenalina se dispare y la ilusión aflore en todos y cada uno de los miembros del remozado Málaga. Porque ese es, sin duda, el único aspecto en el que supera a un adversario terrorífico, un rodillo en forma que aspira a ser el mejor conjunto de la historia.

Uno puede presumir de que entonces estuvo allí. El Málaga llegó aquella noche anclado en la zona baja. Sus jugadores comparecieron con rostro angelical, con pinta de pardillos recién llegados de Segunda División. La mayoría, procedentes de Segunda B. La presión y la velocidad desarbolaron al todopoderoso en menos de un cuarto de hora.

Aquel Barça no es este. Eso es evidente. Tal vez no sea unánime la tesis de que es el mejor equipo del mundo (con los trofeos en la mano, ese reconocimiento es para el Inter en la actualidad), pero sí que practica el mejor fútbol del mundo. Tal vez de la historia. En una época en que el despliegue físico y la velocidad mental son imprescindibles para mantenerse en la élite, en que el ritmo nada tiene que ver con el pasado -no ya respecto a hace 30 o 40 años, sino a una década-, aquella fórmula empleada por Joaquín Peiró y uno de los pocos simpatizantes barcelonistas de aquel vestuario, Juan Carlos Añón, no bastaría esta noche.

Presión azulgrana

El Barça de entonces lo basaba todo en la salida del balón, en hacerlo circular desde una pieza central (precisamente Pep Guardiola). Ahora esa presión que empleaban los contrarios es el principal argumento azulgrana. Su intensidad arriba, para neutralizar el arranque de la cadena de juego del rival, facilita la recuperación del balón. Y desde ese punto el monólogo es apabullante. Nunca en la historia, y esto sí que no es discutible, un equipo barrió al otro tanto si este salió en busca de un cuerpo a cuerpo como si optó por una actitud más reservona y timorata.

Lógicamente este Barcelona-Málaga va más allá del interés por ver a este nuevo equipo blanquiazul plagado de nombres conocidos o de la presencia del jeque al frente del proyecto. El morbo se centra en la presencia en el banquillo visitante de Manuel Pellegrini, responsable hace solo unos meses del Madrid y, conviene no olvidarlo, un especialista en ponerle trampas en el camino a los azulgrana en su campo.

El chileno siempre trata de inculcarle a sus equipos sus virtudes como persona: equilibrio y sentido común. De ahí que la consigna para esta noche será defender en el sitio justo, ni muy arriba (porque el Barça mata con su velocidad) ni muy atrás (porque entonces favorecería las combinaciones en la frontal). Más bien parece clave no perder comba en el juego 'entre líneas'. Así lo planteó Juan Ramón Muñiz la temporada pasada y rozó el milagro pese a que el equipo era de los más limitados de la historia.

Mientras el Barça afronta el envite con todo su arsenal y hasta con la ventaja (otro aspecto negativo para el Málaga) de que no debe reservarse para la vuelta copera con el Betis, Pellegrini ha preparado esta semana un férreo sistema de contención aderezado con salidas fulminantes. La velocidad y potencia de determinados hombres (Eliseu, Quincy, Rondón, Baptista...) debe suponer forzosamente el factor sorpresa.

El Málaga pierde por lesión a uno de sus baluartes, Jesús
El Málaga visita al intratable Barcelona con una enorme motivación y la baja de uno de sus fijos, Jesús Gámez. Pellegrini, especialista en que sus equipos ofrezcan una buena imagen el Camp Nou, pretende impedir el juego 'entre líneas'. Baptista se estrena en la convocatoria y a tenor de lo ensayado por el equipo pinta como titular esta noche



Gámez, pero el recambio es de garantías, Manolo. Junto al fuengiroleño también se quedan en casa los canteranos Portillo y Juanmi. Por contra, se estrena Baptista, regresa Eliseu y completa la lista Hélder. Hablar de alineación es elucubrar. ¿Puede debutar el brasileño? Parece que sí ¿Regresará Eliseu? ¿Actuará este como lateral? ¿Reforzará Pellegrini el sistema por dentro? El técnico malaguista no es amigo de experimentos y algo sí parece claro: el once tendrá la base de la semana pasada.

Junto a Jesús Gámez también destaca otra baja. El jeque Abdullah Al-Thani, que no oculta sus simpatías por el juego del Barça, no viajará finalmente por problemas de agenda. Tampoco lo hará su mano derecha, Abdullah Ghubn. El consejero consultivo Francisco Martín Aguilar sufrirá en primera línea (ojalá disfrute) junto a Sandro Rosell.
[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]